El programa de Northfield reduce la brecha de logros latinos

College application advice
Frank Calvario, de 17 años, estudiante del último año de la escuela secundaria Northfield High School, conversa sobre sus opciones para solicitar ingreso a la universidad con Kim Horner, una voluntaria de TORCH . El programa TORCH ayuda a los estudiantes con solicitudes universitarias ofreciendo consejería, tutoría y capacitación académica.
Foto de MPR /Alex Kolyer

Cuando Jhosi Martínez piensa en la universidad, recuerda las palabras de su padre.

"Él siempre ha querido que yo me gradúe y que siga hasta la universidad y me convierta en alguien", dijo la estudiante del último año de la escuela secundaria Northfield High School.

El padre de Jhosi nunca se graduó de la secundaria como tampoco lo hicieron su madre ni su hermana mayor. Su familia es igual a las de decenas de miles de familias mexicanas que se han mudado al área principal de Minnesota en busca de mejores oportunidades.

Muchas de esas familias representan la persistente brecha de logros entre los estudiantes anglosajones y los de color a la que se ha tenido que enfrentar el sistema educativo de Minnesota por mucho tiempo.

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Pero en Northfield, esa brecha prácticamente ha desaparecido en la última década debido a un programa comprometido a lograr que la creciente población latina del distrito se gradúe de la escuela secundaria.

De manera que Jhosi Martínez, de 18 años, recurrió al programa conocido como TORCH - "Tackling Obstacles and Raising College Hopes" (Enfrentando Obstáculos y Fomentando Esperanzas Universitarias).

Recientemente en un laboratorio de computación en la escuela secundaria Northfield High School, Jhosi navegaba por los campos de una solicitud en línea para la universidad.

"Este momento estoy solicitando a Bemidji (Universidad Estatal) y estoy pasando por el proceso de solicitud y llenando el formulario", dijo, a la vez que un voluntario le ayudaba a llenar el formulario en línea. En unos cuantos minutos la solicitud estaba completa.

En el pasado año los voluntarios han ayudado a Jhosi a mantener buenas calificaciones con tutoría y mentoría personal.

"Cada vez que necesitamos ayuda con algo, nos ayudan. Si tienes preguntas sobre un problema de matemáticas o quieres que alguien te revise un ensayo para la clase de inglés o algo así, siempre están allí para ayudarte", dice.

Si Jhosi hubierra crecido en Northfield hace una década, sus posibilidades de ir a la universidad hubieran sido mínimas. Desde el 2001 al 2005 solamente un 36 por ciento de estudiantes latinos se graduó de la escuela secundaria. Los maestros y los padres empezaron a preocuparse.

"Teníamos la sensación de que muchos estaban abandonando la escuela para ir a trabajar por la promesa del dólar", dice Beth Berry coordinadora del programa de Northfield.

La idea para el programa surgió cuando un grupo de maestros solicitó una beca de $1,500 para empezarlo y se organizó una cena para la comunidad latina.

"Hicimos la cena en una pista de boliche para que las familias cenaran y los chicos jugaran bolos mientras les hablabamos a los chicos sobre la promesa de más dólares con más educación y que en EE.UU. en realidad el graduarse de la secundaria no es una opción", dijo Berry. "Los padres participaron plenamente".

El programa TORCH que nació en esa cena es independiente del distrito escolar pero su sede se encuentra adentro de la secundaria. El programa depende de becas por un total de $100,000 para cubrir el sueldo de Berry al igual que el de su homólogo en la escuela media.

El programa da seguimiento a los estudiantes durante sus años de escuela secundaria y los años de universidad, ofreciendo tutoría extracurricular, visitas en las casas y en algunos casos, ayuda económica. También lleva a las familias a visitas universitarias cada primavera.

"Los padres ven con sus propios ojos el sitio donde pueden estar sus hijos y eso ha dado grandes resultados también, porque una vez que los padres están en el campus universitario y empiezan a sentir que hay mucho potencial y mucho apoyo para sus hijos, dan todo su apoyo y se muestran muy positivos", dice Berry.

Actualmente TORCH brinda sus servicios a unos 350 estudiantes, incluyendo a 50 universitarios. Este año, todos los estudiantes latinos de Northfield High School se graduaron. En total, 49 graduados de TORCH han recibido certificados de programas de dos años o títulos universitarios.

Parte de la razón por ese éxito se debe a la ubicación del programa y a la cultura de educación que hay en Northfield. La ciudad es cuna de dos universidades de humanidades, St. Olaf College y Carleton College, que ofrecen un flujo constante de universitarios voluntarios que sirven de mentores y tutores para muchos de estos estudiantes que son de bajos ingresos y primera generación universitaria.

Adrienne Falcón, directora de participación cívica en en el Centro de Participación Comunitaria y Cívica de Carleton, piensa que el programa TORCH puede convertirse en modelo para comunidades en Minnesota que luchan por ajustarse a sus propios cambios demográficos.

"Cada comunidad tiene que crecer desde su punto de fortaleza", dice Falcón. "Pero creo que la idea de conectar a los estudiantes a los campus universitarios, conectarlos a estudiantes universitarios y a relaciones de intercambio significativo, es un modelo que sería fácil de replicar".

"Se trata de encontrar a dónde más podemos ir, con quién más podemos colaborar. Allá en Dulluth, ¿podría St. Scholastica aceptar esto?".

Ya eso sucede en Faribault, a 20 minutos al sur de Northfield.

La escuela secundaria empezó con un programa similar el año pasado enfocado en las crecientes poblaciones de africanos orientales y latinos en la comunidad.

En su primer año, el programa de Faribault graduó a 13 de 22 estudiantes del último año de secundaria, más que en años anteriores, dijo Martha Schulz, coordinadora del programa.

"Comprendemos que lo que enfrentamos en Faribault es diferente a lo que enfrenta Northfield", dice Schulz. "No contamos con los mismos recursos. Tenemos una población estudiantil diferente. Pero de igual manera comprendemos que los componentes principales de TORCH en Northfield, tales como fomentar relaciones, fomentar la confianza en la comunidad y fortalecer el espíritu de querer asistir a la universidad, fueron exitosos y por eso estamos tomando esos mismos componentes y los estamos trayendo a Faribault".

Frank Calvario es otro estudiante del último año de secundaria de Northfield que le da el crédito a TORCH por ayudarle a mejorar sus calificaciones y a comprender el proceso universitario. Ha presentado su solicitud a varias universitdades, incluyendo National University en California, con la esperanza de trabajar en la industria de diseño digital.

"Es fabuloso", dice Calvario. "Esto le da a los estudiantes hispanos el sentido de que tienen control sobre lo que van a hacer con sus vidas en el futuro".